Bajo la atenta mirada al norte de los Pirineos y sobre la ruta románica de sus pueblos, descubrimos el espectacular Valle de Arán en la frontera leridana. Un lugar de fértiles paisajes en verde y blanco, según la estación y que en el invierno convierte en su epicentro a Baqueira Beret.

Hasta la falda de su ladera, nos dirigimos para conocer las maravillas de un Hotel 5 estrellas nacido para la montaña y el esquí, el hotel Val de Neu.

A 1500 metros sobre el nivel del mar y a los pies del acceso a las pistas de Baqueira, se sitúa el hotel Santos Val de Neu. Un espacio contemporáneo concebido con todo detalle para la satisfacción de los amantes del esquí, con la cálida apariencia de un refugio de montaña.

Jesús Filloy, arquitecto del hotel, nos cuenta que este hotel surge del entorno de Baqueira, en la zona de Val de Ruda, comunicado con Baqueira a través de un telecabina. Nos relata también que este hotel quiere ser un referente en cuanto a calidad, situación, emplazamiento y también en cuanto a hotel de montaña y de nieve.

Israel Martínez, Director del hotel afirma que la filosofía del hotel Val de Neu va enfocada básicamente a ofrecer un servicio de 5 estrellas al cliente, a los amantes del esquí, al turismo de salud y al turismo familiar.

El interior del hotel está fabricado en su mayoría con piedra y recubierto con madera en los techos y las paredes.

Un hotel de 6 plantas que contienen un miniclub infantil, la oferta gastronómica, un salón comedor con chimenea, el spa y 120 habitaciones distribuidas en 5 plantas.

Acompañamos al Director del hotel a la Suite Real Blu de Aran. Una habitación de dos pisos que cuenta con un salón amplio y una habitación con cuarto de baño. La planta superior de la habitación cuenta con otro dormitorio con baño y una terraza con vistas al Valle de Aran.

Conocemos con Israel Martínez otra de las suites del hotel, la Junior Suite, con decoración muy moderna y urbana. Cuenta con un pequeño salón que separa el dormitorio del resto de la habitación y un ventanal con buenas vistas a la montaña.

Para disfrutar de los paisajes y placeres del paisaje leridano y sacarle todo el partido, los esquiadores comienzan a primera hora con el exquisito buffet de desayuno del hotel.

Bernat Donés, Chef de Val de Neu, nos ofrece uno de los buffets más amplios en cuanto a la variedad de productos, ya que cuentan con una carta ampliada con alimentos enfocados para clientes con intolerancias o problemas dietéticos. 

Nos vamos a esquiar con Nuria Moga, profesora de esquí aranesa que concibe la montaña como su hogar. Además del esquí, existen otras actividades para disfrutar de la nieve, como trineos tirados por burros, motos de nieve y el Heliski. El Heliski consiste en esquiar fuera de pista. La diferendcia también está en el modo de acceder a la montaña. Con el heliski, un helicóptero sube a los esquiadores 3400 metros de altura y bajan la montaña esquiando por nieve virgen. Una sensación espectacular e inigualable. 

Nuria aconseja a los esquiadores principiantes comenzar sus primeros pasos de la mano de un profesor para evitar posibles caídas y lesiones.

Nuestra siguiente parada será para conocer la riqueza gastronómica del Valle de Arán. En los 4 restaurantes del hotel, los huéspedes pueden disfrutar de cocina de montaña sin estridencias con productos de primera del propio valle. La cocina de montaña es muy básica y predominan las parrillas y los guisos tradicionales.

A 6 km de las pistas de Baqueira, nos encontramos con Casa Irene, un restaurante en el monumental pueblo de Arties. Allí, desentrañamos los secretos de la tradicional olla aranesa,de la mano de Andres Vidal y su cocina de toda la vida.

El tiempo para el mimo y la relajación para terminar el día, lo realizan en el cálido salón acogedor del hotel con chimenea o en el spa. Allí, podemos recompensar al cuerpo del esfuerzo del día.

El responsable del spa, Miguel Novoa, nos cuenta que es un spa a pie de pista dotado con las mejores instalaciones para que los esquiadores puedan pasar a relajarse al final del día. Cuenta con piscina lúdica con chorros subacuáticos, camas de agua, baños de vapor, baños de agua fría y agua caliente, contrastes y jacuzzi exterior en plena naturaleza entre otras instalaciones.

Además, los huéspedes pueden disfrutar tambiém de tratamientos corporales, faciales y masajes.

Tras una jornada de esquí y gastronomía, la mejor manera de despedir el día es, sin duda, en el confortable spa con un tratamiento que nos ayude a descansar.