Para empezar tendremos que separar la parte de plástico del tablero. Una vez hecho esto vamos a ir rebajando el tablero de madera con la ayuda del formón y del martillo. La profundidad dependerá del grosor del azulejo que vamos a colocar. Una vez acabado de pasar el formón, pasamos un cepillo de carpintero para alisar toda la superficie.
Pasamos a restaurar el pie. Para ello limpiamos y damos dos capas de pintura sintética. Lo dejamos secar.
Volvemos al tablero y hacemos con un lápiz o un rotulador la composición que queramos hacer. Rompemos los azulejos, hacemos la composición y los pegamos con el cemento cola. Limpiamos el exceso, colocamos cintas de pintor para dividir el dibujo y echamos la lechada de diferentes colores. Dejamos secar y limpiamos los excesos.