En el capítulo 7 de Casas con firma, descubrimos un nuevo proyecto del interiorista Lorenzo Castillo. Se trata la decoración de una casa de 2000 metros cuadrados en la que sólo existía la estructura arquitectónica, por lo que fue todo un reto en el que se diseñaron todos y cada uno de los elementos específicamente para este proyecto.
Lo que Lorenzo ha procurado en todo su trabajo ha sido no disfrazar la arquitectura, dejarla limpia y hacer que los elementos decorativos le den valor. Por ello, ha apostado por colores neutros y mezcla de diseños suyos, arte contemporáneo y pocas pero buenas piezas antiguas. Lorenzo nos aconseja perder el miedo a mezclar estampados y colores, algo que da resultados potentes.
Partiendo de esta estructura arquitectónica, revestida en todo el exterior de piedra caliza, y que puede contemplarse desde el jardín; ya en la entrada Lorenzo ha incluido una escultura de hierro pulido que por la noche se ilumina. Una vez dentro, lo primero que destaca es la mezcla de lacas negras, mármol y espejo fumé que produce una agradable mezcla de texturas y brillos y un gran bloque negro central que camufla el ascensor de la casa.
En la parte inferior de la casa se encuentra todo el espacio pensado para recibir, por lo que se sitúan varios salones o zonas de estar y el comedor. En esta zona destacan sofás de gran tamaño, cinco metros de longitud, los más grandes que ha diseñado Lorenzo y también piezas latinoamericanas, una alfombra que unifica todo el espacio y un puf revestido con ante y cebra africana. En el comedor, destaca la presencia de dos mesas en lugar de una, pensado para recibir según el número de comensales. Todas las pareces están revestidas por roble negro que aporta más calidez y aísla del sonido, y en esta zona destacan piezas únicas como un altar chino del siglo XVII.
En la parte de arriba se diferencia la zona privada que sólo disfrutan los propietarios y el ala destinado a los invitados. El espacio íntimo de los dueños está pensado como una gran suite en la que cuentan con un salón, baño doble (dos duchas, dos retretes, dos lavabos y una zona central con una gran bañera con hidromasaje), el vestidor y el dormitorio, que es un espacio unificado debido al ante gris que recorre las paredes, los muebles y la cama. Sobre este color destacan piezas de Lorenzo, un escritorio del silo XVIII y el rojo sangre de toro de la alfombra de la estancia.
