En el capítulo 18 de Como en casa nos trasladamos al norte de la península, concretamente a Santiago de Compostela para visitar el Hotel A quinta da agua.
Se trata de un edificio del siglo XVIII convertido hoy en hotel, una finca privada de más de una hectárea de robles y árboles de ribera. Este hotel es regentado por una familia que hasta entonces vivía ajena al mundo de la hostelería. María Luisa García es arquitecta y la propietaria que se encargó de dar vida a un edificio abandonado. Para rehabilitarlo apostaron por reciclar materiales y la obra duró más de 5 años. Su hija, Luisa Lorenzo es la Directora del hotel y en su trabajo prima dar una atención esmerada y personalizada a los clientes.
Las 45 habitaciones son amplias y luminosas y tienen acceso a los jardines de hortensias que rodean el hotel. Su estilo es personal, algo que también puede comprobarse en la suite en la que viven temporadas los propietarios. Esta habitación está decorada con un papel de reproducción victoriano con tonos ocres y oros, una alfombra muy trabajada y en definitiva elementos que transmiten un estilo cálido y elegante que sigue el resto del hotel. Sillones chester, alfombras españolas, pinturas de distintas épocas, muebles provenzales, etc son combinados con piezas heredadas y pinturas originales, un acierto que refleja el buen gusto y valor por los detalles.
En hotel cuenta con el prestigioso restaurante Filigrana, cuyo jefe, Federico López, defiende la cocina tradicional gallega. Su carta está compuesta principalmente por mariscos como las vieiras, pescados como la merluza, el rape o el bacalao y carnes como la de ternera y buey.
Además, este hotel apuesta por el respeto al medio ambiente y la sostenibilidad energética. De hecho, son pioneros en el uso de máquinas de microcongeneración que queman gas natural y utilizan esa electricidad para calentar el agua con gran ahorro energético. Además, tienen pozos en el subsuelo y calientan las habitaciones con geotermia.
A Quinta da Agua también cuenta con uno de los mejores Spa de Galicia. Mar Picado es la responsable de esta zona del hotel que ofrece terapias innovadoras: relajantes, masajes deportivos, tratamientos de estética faciales y corporales que incluyen exfoliación, hidratación y masaje. Incluso se hacen manicuras, pedicuras, tratamientos capilares o flotarium que consigue que el cliente se relaje al flotar sin ningún tipo de dificultad.
Los alrededores de este lugar son también perfectos para hacer turismo. A sólo diez minutos está Santiago de Compostela, visita obligada por su patrimonio artístico y arquitectónico. Además, su situación en el centro de Galicia hace que se puedan visitar un sinfín de lugares, entre ellos, distintos monasterios y pazos o los viñedos situados al sur.
A Quinta da Agua es uno de esos lugares de los que uno nunca querría irse por el buen trato que dan al cliente y por la cantidad de servicios que ofrecen y que además puede disfrutar quien lo desee accediendo al restaurante o spa aunque no sea huésped. Su filosofía es mantener el recuerdo de la tradición con un guiño a la modernidad, primando, sobre todo, la buena y personalizada atención al cliente.
