Sara Folch define el interiorismo como el reflejo de la personalidad del cliente. Intenta utilizar piezas atemporales en sus trabajos, puesto que aquello que está bien hecho y es elegante nunca pasa de moda. Por ello también es una incondicional de las antigüedades, esas piezas especiales que ya no se hacen igual. Su vivienda en Barcelona se adapta a la personalidad de la interiorista y su familia y cuenta con una gran terraza donde las vistas le resultan de lo más inspiradoras.
La interiorista Sara Folch explica que su trabajo consiste en descubrir la personalidad de los clientes y plasmarla.
La mezcla de diferentes materiales y texturas es una de las cosas que adora hacer esta decoradora.
Para Sara la elegancia es atemporal y nunca pasa de moda.
Sara confiesa que debe su pasión por la decoración a su madre, una mujer con un gusto extraordinario.
Esta decoradora siempre realiza bocetos que enseña al cliente. A partir de ahí y de las preferencias de éste comienza a trabajar.
Desde 1992 Sara dirige su propio estudio de interiorismo, pero reconoce que su trabajo siempre es en equipo.
Los colores oscuros reflejan la personalidad masculina de los cuartos de los hijos de Sara.
Sara confiesa ser una enamorada de la belleza sencilla.
Sara siempre utiliza flores naturales ¡le encantan!
Esta interiorista decora cada estancia según la personalidad del miembro de la familia que la habita.
Esta interiorista decora cada estancia según la personalidad del miembro de la familia que la habita.
Detalle del mural que decora una de las paredes de la increíble terraza de Sara.
Las antigüedades son fundamentales en sus proyectos de decoración. Ahora ya no se hacen las piezas de la misma forma.
La terraza de la casa de esta interiorista cuenta con unas vistas espectaculares de la Ciudad Condal.
La casa de Sara está pensada para recibir amigos. Cuando les invita apuesta por una decoración muy cuidad pero informal.
Detalle de uno de los objetos que decoran la casa de esta interiorista.