En el capítulo 11 de Con nombre propio conocemos al diseñador de interiores Luis Puerta que nos abre las puertas de su casa para mostrarnos su estilo.
Para Luis Puerta el interiorismo es una parte más de la vida, el lugar en el que debemos vivir cómodos y felices.
Su pasión por la decoración viene de hace años pero fue la casualidad lo que lo llevo a convertirla también en su profesión. Estudió Bellas Artes y el primer contacto que tuvo con este mundo fue para decorar la casa de una amiga. A raíz de ahí decidió formarse.
No sabemos si también será casualidad pero hasta él mismo desconoce de dónde procede esa pasión. Confiesa que nadie en su familia tiene especial interés por ella pero que él empezó a sentirla desde muy pequeño.
Cuenta que su inspiración nace de leer mucho, de viajar y de recorrer tiendas de antigüedades y rastros.
Precisamente nos enseña uno de sus anticuarios favoritos, en el rastro de Madrid: Berenice.
Con él también visitamos una tienda de telas de la capital de España, Nacho de la Vega. Luis Puerta considera que las telas son un elemento fundamental en sus proyectos Le gusta mezclarlas para que haya contraste. Nos explica que los tejidos han ido evolucionando desde los tradicionales estampados florales a los geométricos.
Le preguntamos por su estilo, que define como armónico, basado en la proporción y con un sentido del espacio muy profundo. Su objetivo es conseguir que sus trabajos tengan una armonía a través de la unidad de todos los elementos de una decoración, desde la iluminación hasta el mobiliario.
Nos enseña también uno de sus proyectos más especiales, quizás porque fue una de las primeras casas que decoró. Conocemos además su casa, sencilla, acogedora y llena de elementos de galería de arte y anticuarios.
Finalmente descubrimos uno de los proyectos que tiene en marcha. Una casa en rehabilitación.
