En primer lugar, una alimentación sana no tiene por qué estar reñida con el disfrute. Cocinar sano no se aburrido, por ejemplo, un pollo o un salmón al papillote es muy saludable y consigues que los alimentos no estén siempre a la plancha. De este modo, el alimento se guisará en su propio jugo conservando su sabor y nutrientes. Cocinar a la sal también te ayude a conseguir el mismo resultado.
Para que cocinar verduras no se convierta en algo aburrido, cuécelas al vapor y después saltéalas con un poquito de aceite.
Por último, recordar que el microondas no es lo más recomendable ya que en vez de dorar el alimento acaba cociéndolo y no de manera homogénea. Tampoco es conveniente hacer demasiado la carne ya que las partículas quemadas no son muy saludables.