Son animales que están en muchos de nuestros hogares. Sus síntomas de enfermedad son muy sencillos de detectar:
Los ojos pueden estar más cerrados, y con un poquito de secreción.
La cera (que está encima del pico), también cambia de color, o presentar moquitos.
El pico puede abrirse o cerrarse de manera extraña, como si le faltara el aire.
Cuando el animal está embolado, o hinchado, también puede ser una manera de mantener el calor en su cuerpo, y hay que llevarlo al veterinario.
Las patas pueden tener unos pequeños ácaros que provocan rojeces, costras…
Los alimentos pueden intoxicar a nuestros animales.
Hay que ser muy cautos a la hora de examinar las heces, por ello, han de ser normales. Tal y como sean habitualmente, en el momento en el que detectemos que tienen un color o textura diferentes estaremos ante un claro síntoma de que a nuestro periquito le pasa algo.