El estanque es uno de los elementos de jardinería de más difícil mantenimiento ya que es un ecosistema muy vulnerable.
Lo primero que debemos hacer es elegir su ubicación y hacerlo bien, no situar el estanque en una zona soleada.
Debemos retirar restos orgánicos al menos un par de veces por semana impidiendo que acaben podridas en el suelo y enturbien todavía más el agua. Ésta debe estar siempre oxigenada para mantener la vida dentro del estanque.
Introducir primero la vida vegetal, ya sean juncos o plantas carnívoras (idóneas para mantener un equilibrio con los insectos) y después la vida animal peces y anfibios.