Ana Postigo nos presenta dos casos diferentes, un baño con mal Feng Shui y otro decorado acorde a los principios de éste.
En el primer caso, la energía no fluye correctamente debido a dos problemas:
– El baño está directamente enfrentado con el pasillo, por lo que la energía de la casa se escaparía por los desagües.
– Los espejos enfrentados, hacen que la energía rebote de un lado a otro, improductivamente.
En segundo lugar, visitamos un baño con buen Feng Shui, en el que la proporción de elementos es óptima, y la distribución de los muebles favorece el flujo de energía.
Además, como norma general debemos recordar mantener la tapa del retrete bajada y la puerta cerrada, para evitar que la energía se disperse.